TEXTOS EN LIBERTAD

Pese a sus detractores, un homenaje para Elena Poniatowska

JOSÉ ANTONIO ASPIROS VILLAGÓMEZ. Este 19 de mayo al medio día, habrá una ceremonia en el Palacio de las Bellas Artes (Ciudad de México) para conmemorar el nonagésimo cumpleaños de la periodista y escritora Elena Poniatowska Amor, quien apenas el domingo anterior (15) estuvo en el homenaje organizado por El Colegio de México a su amigo, el también autor Carlos Fuentes, en su décimo aniversario luctuoso.

Y asistió además, el jueves 12, a la fiesta que con pastel y mariachis le preparó la Universidad Autónoma Metropolitana precisamente para celebrar sus 90 años de una vida llena de reconocimientos dentro y fuera del país, por sus libros y su lugar en el medio cultural. Poniatowska tiene un doctorado honoris causa otorgado por esa institución y otro de la Universidad Complutense, de Madrid.

Sabemos que la autora del célebre libro de testimonios La noche de Tlatelolco no es santo de todas las devociones, sobre todo desde que se conoció su simpatía y apoyo al actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuyas conferencias de prensa mañaneras, sin embargo ha criticado.

En 2006, cuando AMLO fue candidato presidencial por primera vez, el entonces presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Manuel Espino (hoy militante de Morena), entrevistado por Claudia Herrera Beltrán (La Jornada) llamó a Poniatowska “pobre señora” y dijo que le daba “pena” por hacer comerciales a favor del entonces abanderado del PRD, siendo ella “una figura respetable” y de “categoría”, como también reconoció. Hubo una polémica mediática por ello y condenas al político panista.

A través de las redes sociales la escritora de ascendencia polaca, nacida en París y nacionalizada mexicana, ha recibido muchos y muy fuertes insultos, pero a la vez ha dicho que en Twitter tiene un millón y cuarto de seguidores donde en cambio la celebran.

Ella está consciente de que, como figura pública hay quienes la aprecian, y también quienes le rayan el coche o la despiertan para decirle “vieja puta” o cuando menos para acusarla de espía rusa.

Tal vez su mayor conflicto fue cuando Luis González de Alba, uno de los líderes del Movimiento Estudiantil de 1968 que se suicidó en 2016, la demandó por no haber utilizado correctamente partes de su libro Los días y los años, que cuando él estaba en prisión le permitió tomar para La noche de Tlatelolco. El quejoso escribió después la obra Tlatelolco aquella tarde, para hacer precisiones.

En 2013 Elena Poniatowska -nacida el 19 de mayo de 1932- tuvo problemas de salud y fue atendida por un cardiólogo que le prescribió descanso total durante una temporada. Al año siguiente, viajó a Madrid para recibir de manos del rey Juan Carlos de España el Premio Cervantes de Literatura, uno de los diversos galardones obtenidos a lo largo de su trayectoria por sus muchos libros escritos.

Los miembros del jurado del Premio Cervantes consideraron que, la de Poniatowska, era “una de las voces más poderosas de la literatura en español en estos días”, y “su obra destaca por su firme compromiso con la historia contemporánea. Es autora de obras emblemáticas que describen al siglo XX desde una proyección internacional e integradora”.

En mayo de 2021, a sus entonces 89 años, Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor -su nombre completo- recibió durante una ceremonia virtual una medalla honorífica de la Universidad de Varsovia, al cabo de un coloquio organizado para rendirle homenaje, el primero que recibe en la tierra de sus antepasados, a los cuales se refiere en su novela más reciente, El amante polaco.

La escritora vive en el exclusivo barrio de Chimalistac de la Ciudad de México, frente a la Plaza Federico Gamboa nombrada así en homenaje al autor de la novela Santa. Por ello su testimonio para el libro La casona de Chimalistac (Condumex, 2006), de Beatriz Scharrer Tamm, fue en el sentido de que “Federico Gamboa (…) nos cuida a todas las mujeres decentes”, pero no fue así el año pasado, cuando entraron a robar en su casa mientras ella había salido a comer y sólo se llevaron una computadora portátil. ¿Buscaban algo específico en sus archivos?

Su homenaje en Bellas Artes será no sólo un reconocimiento a su trabajo, sino, en cierta forma, también un acto de desagravio por los maltratos recibidos.

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