ÁNGEL RAFAEL MARTÍNEZ ALARCÓN (Xalapa). La tarde del 17 de abril de 1847, el ejército invasor de los norteamericanos, seguían avanzando hacia la capital de la República Mexicana. Era una guerra novedosa para el gobierno y ejército mexicano, tres frentes al mismo tiempo, el avance terrestre por norte, el marítimo por el golfo de México, y la conquista y avance en suelo mexicano al oeste. Texas, fue el problema en la naciente nación mexicana y los Estados Unidos de Norteamérica, primero su separación en 1836 y luego 9 años después la anexión al gobierno de los Estados Unidos de norteamericano; iniciando así la descarga expansión territorial en favor de Norteamérica.
En tan sólo 26 años de vida independiente, el Estado Mexicano, había enfrentado hasta 1847, un intento de recuperación del antiguo territorio de la Nueva España, por parte del ejército ibérico, el libertador de Veracruz, Antonio López de Santa Anna, salió con la victoria en favor de su nación; en 1838, fueron los francés quienes invadieron suelo nacional, nuevamente el general originario de Xalapa, López de Santa Anna, salió en defensa de la Patria, y dicho acontecimiento pierde la pierna. Sin olvidar también la defensa e intento de recuperación de Texas. Para la guerra de 1846-1848, también estuvo al frente de varios ejércitos; pero sus estrategias no fueron las mejores para evitar el avance militar del vecino del norte. Sin tampoco olvidar que el ejército mexicano no era un ejército profesional y técnicamente con armamento viejo; pero aún así dieron lo mejor para defender al país.
Con él Cronista oficial de Xalapa, Vicente Espino Jara, y un servidor desde el 2015, cuando iniciamos a recordar a los caídos de la Batalla de Cerro Gordo, con los habitantes de dicha congregación, empezamos a rescatar la memoria de dicha batalla, donde lamentablemente se perdió, el 18 de abril de 1847; cfr https://www.youtube.com/watch?v=qoIILypvnJA&t=356s, estos últimos siete años, hemos tratado de tener en la memoria de los pobladores de Cerro Gordo, congregación del municipio de Emiliano Zapata, la batalla que se dio entre la tarde del 17 y las primeras horas del 18 de abril de 1847. Dos ejércitos combatiendo en un mismo espacio geográfico. Mucho se ha escrito sobre la estrategia de López de Santa Anna, fuera fallida. También hay que recordar que el ejército invasor era profesional mientras que el ejército mexicano, conformado por la leva, y mucho patriotismo.
El General López de Santa Anna, pensó que serían rechazadas las fuerzas invasoras, y con otra estrategia, logró derrotar al ejército nacional, y continuar su camino hasta la ciudad de Mexica, capital política del país. Es nuevamente en la ciudad de México, donde se realizan una seria de batallas en defensa del territorio, finalmente el 14 de septiembre de 1847, cae la capital en manos del invasor. Su ruta fue la misma que utilizó en verano de 1519, Hernán Cortes, para llegar al corazón del imperio azteca, hace 500 años.
El Benemérito de la Patria, López de Santa Anna, en sus memorias dejó escrito: El congreso nombró presidente interino al general don Pedro Anaya para dejarme expedito. Cerro Gordo fue el punto en que me fijé para disputar el paso al invasor; fuerte por naturaleza a dieciocho leguas de Veracruz, en el camino de rueda que el enemigo tomaría, y situado entre las temperaturas caliente y fría, llenaba mi objeto.
Velozmente me coloqué allí ́. Ninguna obra de fortificación había; peones de mi hacienda del Encero (Lencero) comenzaron a despejar el terreno. Al teniente coronel de ingenieros, don Manuel M. Robles Pezuela, encargué los primeros trabajos, en los que se ocupó ́ sin descanso. Llegaban fuerzas y material de guerra, súbanse piezas de cañón a las alturas; con la fajina incesante, los atrincheramientos adelantaba, todo estaba en movimiento, hasta que la presencia de los invasores nos interrumpió ́ a los cuatro días.
El general Scott, sabiendo que dando tiempo a la reunión de fuerzas y a los adelantos de la fortificación le sería difícil o muy costoso el paso por Cerro Gordo, apresuró sus movimientos. Destinó una de sus divisiones a tomar el cerro del Telégrafo (la altura principal), y en toda una tarde no lo consiguió, dejando el terreno cubierto de sus cadáveres. Scott, alarmado por ese descalabro, atacó con todas sus fuerzas en la mañana siguiente; la posición fue defendida valerosamente cinco horas; cuatro mil milicianos inexpertos resistieron el empuje de catorce mil veteranos con brillante armamento, causándoles pérdidas considerables; y cuando no pudieron más tan bizarros milicianos, se retiraron ordenadamente, por veredas desconocidas del enemigo.
El general Scott, en el parte a su gobierno referente a la ocupación de Cerro Gordo, exagera en mucho el número de sus defensores, diciendo además que los desalojó de posiciones inaccesibles a la bayoneta.
Mi retirada la hice para la ciudad de Orizaba, donde se me incorporó una sección de mil doscientos hombres, procedentes de la Mixteca, a las órdenes del general don Antonio León. Cfr: https://dgb.cultura.gob.mx/libros/dgb/81936_2.pdf
Para los norteamericanos, a la batalla de Cerro Gordo, la han bautizado como la batalla de las Termópilas, en memoria de la segunda médica, en que los persas invaden a los griegos, en el siglo V antes de Cristo. La batalla se realizó en el verano del año 480. En el desfiladero geográfico entre el norte y el centro de Grecia. Donde no sólo la geografía jugó un papel importante, sino también los servicios de espionaje. Heródoto, (484-420 ac), en su obra los nueve libros de la historia, en el séptimo narra dicha batalla.
El próximo lunes 18 de abril del 2022, la junta de mejoras de Cerro Gordo, que preside Rogelio Delgado, con el ayuntamiento Constitucional de Emiliano Zapata, rendirán un homenaje a los caídos, a las 10 am; con una Conferencia: dictada por el Mtro en historia, Mario Alberto García Suárez,, con título de la conferencia: “Choque de Aceros: Una Historia de los soldados en la batalla de Cerro Gordo de 1847”