Ciudad de México, 12 de abril (entresemana.mx). El informe del área de Derechos Humanos del Departamento de Estado de EU, correspondiente a 2021, habla de “reportes creíbles de “asesinatos ilegales o arbitrarios por parte de la policía, el ejército y otros funcionarios gubernamentales; desapariciones forzadas por parte de agentes gubernamentales; tortura y trato degradante por parte de las fuerzas de seguridad
El Departamento de Estado de Estados Unidos alerta en su informe anual sobre la situación de los Derechos Humanos en el mundo que, EN mÉXICO hay problemas significativos en la materia, de asesinatos arbitrarios perpetrados por policías a las restricciones a la libertad de prensa, así como la impunidad que prevalece en los delitos.
Además, denuncia que siguen siendo un problema “la impunidad y los bajísimos índices de enjuiciamiento para todos los delitos, incluidos los abusos contra los derechos humanos y la corrupción”.
El informe, difundido hoy, también refiere la existencia de; condiciones penitenciarias duras y que ponen en peligro la vida de los detenidos; arrestos o detenciones arbitrarias; restricciones a la libertad de expresión y a los medios de comunicación, incluida la violencia contra los periodistas.
De igual manera señala actos de corrupción; investigación y rendición de cuentas insuficientes en relación con la violencia de género, incluida, entre otras, la violencia doméstica y de pareja; delitos que implican violencia o amenazas de violencia contra personas con discapacidad; y delitos que implican violencia o amenazas de violencia contra personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, e intersexuales”.
Agentes del gobierno, cómplices
Señala que de acuerdo con información recabada, algunos agentes del gobierno se han convertido en “cómplices de bandas criminales organizadas internacionales, y las tasas de enjuiciamiento y condena por estos abusos eran bajas”.
Asimismo, la mayoría de delitos cometidos por la delincuencia organizada, de las bandas locales a las transnacionales, “quedaron sin investigar ni enjuiciar”: Esos delitos incluyen homicidio, tortura, secuestro, extorsión, tráfico de personas, soborno, intimidación, entre otras.
Menciona por ejemplo el arresto, en febrero de 2021, de 12 policías estatales en Camargo, Tamaulipas, por cargos de homicidio, en relación con la masacre de 16 migrantes guatemaltecos que viajaban hacia Estados Unidos. Hasta agosto pasado, advirtió, los sospechosos permanecían detenidos, sin ser enjuiciados. También habló del caso de la refugiada salvadoreña Victoria Salazar, a quien oficiales mataron al romperle el cuello.
Sobre el tema de detenciones arbitraras, el informe incluyó el caso de José Eduardo Ravelo García, detenido por la policía municipal de Mérida, Yucatán, el 21 de julio, de quien un médico forense de la fiscalía confirmó había sufrido abusos sexuales y quien murió el 3 de agosto por sus lesiones. Cuatro policías fueron detenidos por estos hechos, pero días después fueron liberados por falta de pruebas.
Periodistas temen represión
En el rubro de libertad de prensa, señala que si bien los medios de comunicación independientes fueron capaces de expresar “una gran variedad de opiniones sin restricciones, a menudo se autocensuraban por miedo a las represalias”.
También alerta de que políticos desacreditaron y criticaron públicamente a los periodistas que los cuestionaron.
“Los periodistas fueron asesinados o sometidos a ataques físicos y cibernéticos, acoso e intimidación (especialmente por parte de agentes estatales y organizaciones criminales transnacionales) en respuesta a su labor informativa.
Este tipo de acciones, limitó su capacidad para investigar e informar, ya que muchos de los reporteros asesinados cubrían la delincuencia, la corrupción y la política local. Los altos niveles de impunidad, incluso en los asesinatos o ataques a periodistas, dieron lugar a la autocensura y a la reducción de la libertad de expresión y de prensa”.
Al mismo tiempo, recordó que activistas de derechos humanos denunciaron a gobiernos estatales y locales que censuraron a los medios. “Los periodistas reportaron haber alertado su cobertura debido a la falta de protección del gobierno, ataques contra miembros de los medios, redacciones y amenazas o represalias contra sus familias, entre otras razones”. Mencionó además los reportes de periodistas que optaron por autocensurarse “debido a las amenazas de grupos criminales y funcionarios de gobierno”.
Entre otros, mencionó el caso de la periodista Azucena Uresti, quien fue amenazada en un video por autoproclamados miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Permanece la corrupción
En materia de corrupción, el informe habla de “numerosos reportes de corrupción por parte del gobierno”. Entre ellos, menciona el arresto, el 6 de junio, del gobernador de Nayarit Roberto Sandoval y su hija Lidy Alejandra Sandoval López por corrupción y lavado de dinero.
Respecto de los abusos contra la comunidad LGBTQI+, señala que hubo reportes de que el gobierno “no siempre investigó y castigó” esos delitos, así como que grupos de la sociedad civil denunciaron que la policía rutinariamente somete a personas de esta comunidad “a maltrato estando en custodia”. En los primeros ocho meses de 2021, hubo 50 homicidios considerados crímenes de odio y cuatro desapariciones forzadas cometidos contra las personas LGBTQI+.