PULSO/ Revocación o resurrección

EDUARDO MERAZ. El presidente sin nombre, sin estatua y sin gracia nomás no se halla sin tener pleito con alguien; la paz y la armonía son para cuando se dedique a cuidar a sus nietos, en su papel de Vito Corleone. En tanto, busca su propia resurrección política y la de Morena, vía la consulta revocatoria.

En tanto, llega ese momento, quiere prolongar su estadía lo máximo que se pueda en el Palacio del Bienestar, donde vive tan a gusto, resguardado por un numeroso contingente de integrantes del ejército mexicano y algunos asistentes que hacen su vida placentera, a pesar de los corajes que le hacen pasar sus adversarios.

Tan bien que se está en los suntuosos aposentos virreinales que cualquiera podría acostumbrarse a estas comodidades, que nada tienen que ver con las muchedumbres ruidosas o con los reclamos de esos provocadores, pagados del neoliberalismo o por los enemigos del cambio.

Pero como ya no se pertenece, pues es la encarnación misma de la nación, de la patria y del pueblo, tiene que cumplir con su mandato: aniquilar o, cuando menos, debilitar al máximo al neoliberalismo, para lograr el bienestar de los más cercanos a sus afectos, toda vez que sería imposible lograrlo para todos los mexicanos.

Y para constatar que, en efecto, encarna a la nación ha decidido echarle montón a la consulta. funcionarios, legisladores, servidores de la nación y simpatizantes asalariados han salido a las calles a tapizarlas con la imagen del mandatario sin estatua, a fin de animar al máximo de ciudadanos a participar en este ejercicio.

Pero no sólo eso, sino que tienen instrucciones de presionar -chantajear- a la población, para que acuda a las urnas. Aun cuando los programas sociales ya tienen rango constitucional, los promoventes de la revocación argumentan que si no se emite el sufragio dichos beneficios van a desaparecer.

Cual si fuera “Testigo de Jehová de la política”, en estos largos días de la cuaresma, el cuatroteísmo se ha volcado para exaltar a su mesías, preparando el escenario para que en medio de “hosanas” el 10 de abril -Domingo de Ramos- sea glorificado.

Esperemos que una vez se conozcan los resultados finales de la consulta, no sean el pretexto para crucificar al Instituto Nacional Electoral. En tanto, se conocerá si el dirigente nacional de Morena cumplirá el papel de Judas, Barrabás o Poncio Pilatos.

De acuerdo con la religión católica, la temporada de cuaresma, es tiempo de reflexión y de silencio. Sin embargo, para los cuatroteístas es tiempo de la estridencia, del grito y no quieren que el INE los expulse del templo del activismo. y mucho menos les impida entonar loas a las milagrosas obras de la 4T.

Para ello, cuentan con la protección y apoyo de los cónsules del pueblo -diputados y senadores- que son capaces de cambiar sus propias leyes, grabadas en la Tabla de Moisés, con tal de que el pueblo bueno, sabio y elegido por el macuspano salga a sufragar en su favor.

Así, si los votos le alcanzaran para hacer vinculatoria la decisión popular, recuperaría la fuerza moral perdida y, desde el olímpo virreinal intentar una especie de resurrección, la ampliación de su mandato hasta que el creador lo llame a cuentas.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

La comisión Interamericana de Derechos Humanos advirtió que se vive un momento crítico en México sobre todo porque se observa que los esfuerzos institucionales actuales se encuentran desarticulados y en ocasiones son contradictorios, lo que resulta insuficiente para contener el fenómeno de la violencia en contra de la prensa, lo que actualmente representa una de las principales amenazas a la libertad de expresión.

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