>> Indicadores muy positivos
>> EMIM, buenas realidades
FRANCISCO GÓMEZ MAZA. Las noticias del comportamiento de la ocupación y el empleo en México, al inicio del 2022, parecieran no ser tan aterradoras, no obstante que el año inició con la salida de por lo menos 1.4 millones de la población ocupada, por el impacto de ómicron, caída que borró las ganancias logradas, tras la recuperación de los empleos perdidos por el impacto inicial de la pandemia.
Los vaticinios de los gurúes para el futuro inmediato no son nada optimistas; son más bien pesimistas, debido a los impactos negativos del comportamiento de la economía estadounidense sobre la marcha de la economía mexicana.
No hay que olvidar que México inició el año de 2022 como el segundo socio comercial de Estados Unidos, tan solo superado por China. México generó, en enero de 2022, entre exportaciones e importaciones, 56 mil 935 millones de dólares, lo que representó un aumento de 17 por ciento respecto al mismo mes de 2021.
En un principio, los analistas y observadores del comportamiento de la economía mexicana daban por hecho que ésta se caería ipso facto con la crisis de Estados Unidos.
Sin embargo, de acuerdo con los expertos en estadística y análisis económico del Instituto de Estadística y Geografía (INEGI), la temperatura del horno sí puede estar para hornear bollos. Con tal temperatura pueden salir panecillos deliciosos.
Resulta que el INEGI, contradiciendo a quienes aseguraban que 2022 sería un periodo de tiempo nada bueno para la economía, acaba de publicar los datos del empleo correspondientes al mes de enero.
En enero de 2022, con datos ajustados por estacionalidad, la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) mostró que el personal ocupado total del sector creció 0.1 por ciento, porcentaje aparentemente bajo, pero positivo. Y todo lo positivo cuenta y cuenta mucho al ver a la economía en conjunto.
Con todo, la crisis desatada por la pandemia de coronavirus deterioró la capacidad de las empresas, tanto que, con respecto a diciembre de 2021, las horas trabajadas disminuyeron 0.5% y las remuneraciones medias reales pagadas, que incluyen sueldos, salarios y prestaciones sociales, decrecieron 0.4%.
O sea, de lo perdido, lo que aparezca. El impacto del coronavirus en las empresas fue brutal. Sólo les fue muy bien a las empresas de productos básicos para la alimentación y la salud. Estos dos sectores hicieron su agosto en los primeros dos años de la covid-19 que ahora les está permitiendo recuperarse a otros rubros no prioritarios de la economía.
Pero hay datos más prometedores. En enero, a tasa anual y con cifras ajustadas por estacionalidad, el personal ocupa.do total aumentó 2.3 por ciento; las horas trabajadas se incrementaron 3.6 por ciento, aunque las remuneraciones medias reales descendieron 2.4 por ciento.
Un año atrás, los meses de enero y febrero tuvieron crecimientos negativos (5 y 3 décimas de punto porcentual). De marzo a diciembre todas las cifras fueron positivas.
En enero de 2022, el comportamiento del empleo fue positivo, a pesar de todo. Habrá que esperar cuál será en comportamiento de febrero, el mes loco, y de marzo, loco otro poco, para saber en qué medida influyó negativamente, la guerra en el otrora bloque socialista europeo (Rusia, Ucrania, OTAN, Estados Unidos), así como el comportamiento del empleo en la economía estadounidense.
La recuperación del mercado laboral de Estados Unidos aún está en marcha. Estados Unidos perdió 22 millones de empleos en marzo y abril de 2020. En enero de 2022, se agregaron 467,000 puestos de trabajo, pero el número total de empleos en el país todavía es 2,9 millones inferior a los niveles de febrero de 2020. La tasa de desempleo subió al 4%, el primer aumento desde junio de 2021.
Los pronósticos de analistas y observadores eran muy negativos. Sin embargo, gran parte del problema de los sombríos pronósticos surge de cuándo ––y cómo–– el gobierno hace encuestas. Y hay una amplia evidencia que sugiere que el mercado laboral se recuperará rápidamente.
Indudablemente que de algo positivo se empieza a contagiar la economía mexicana, en medio de una crisis fenomenal.