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ROBERTO CIENFUEGOS J. Este lunes, 31 de las 32 entidades de México estarán en semáforo epidemiológico color verde. Un sólo estado permanecerá en amarillo. Es sin duda una excelente noticia en un país como el nuestro que se anota en el quinto sitio a escala mundial de mortalidad asociada al Covid-19, a punto prácticamente de dos años del estallido de la peor pandemia en un siglo.
La Ciudad de México, el epicentro sin duda de la pandemia, estará abierta por completo para todas las actividades productivas, entre ellas la operación de bares, restaurantes y centros nocturnos. Se insiste sin embargo en el uso de la mascarilla en el transporte público y los lugares cerrados.
Aun así, expertos, autoridades y la Organización Panamericana de la Salud mantienen un llamado para no ceder y mantener la guardia, junto con las medidas preventivas para impedir nuevos contagios ante la alerta de que la pandemia sigue.
Desde que hace casi 24 meses fue oficialmente declarada la pandemia en México, el país suma poco más de 5.5 millones de contagios y casi 320 mil muertes, según cifras oficiales, aun cuando otras estimaciones indican que el número de personas fallecidas por el virus rondaría las 600 mil víctimas fatales, una cifra escalofriante de suyo.
En los momentos pico de la pandemia, México registró los grados máximos de letalidad en el mundo (cuatro veces superiores al promedio internacional), pero se espera según autoridades que a partir de este lunes el país se relaje un tanto una vez que de manera oficial haya superado la cuarta oleada de coronavirus tras 5 semanas consecutivas de caída en los contagios.
Un informe difundido en las últimas horas por las autoridades sanitarias, consigna 36.989 casos activos después de alcanzar más de 300.000 hacia la mitad de enero pasado, cuando todavía se registró un máximo de casos.
A partir de noviembre pasado, el mapa del semáforo epidemiológico del gobierno no dejaba ver a un país casi en verde por completo. Según los expertos, México atraviesa su mejor momento de control de la transmisión del virus.
El estado de Querétaro constituye la excepción al mantenerse todavía en amarillo, pero se prevé que en un par de semanas también se coloree de verde.
Aún con estas buenas noticias en general, expertos insisten en la urgencia de fortalecer el sistema de vigilancia epidemiológica, de recursos humanos e infraestructura y atención hospitalaria ante el riesgo de cualquier nuevo brote epidemiológico.
Además, y conforme anticipa la Organización Mundial de la Salud, así como otros especialistas, es probable que la variante del Covid-19 Ómicron se torne en un problema endémico, lo que no sería un problema sanitario menor ni estable.
Hay quienes temen incluso un nuevo brote en una fecha tan cercana como el segundo semestre de este mismo año. Así que no es tiempo para dormirse en los laureles.
Es claro entonces el imperativo de tomar nota de estas previsiones y sobre todo de aprender todas las lecciones que nos ha legado la pandemia por el coronavirus, en particular ante el elevadísimo número de vidas humanas perdidas, el dolor y el sufrimiento asociados a esto. Aunque no sólo. También queda marcada en letras rojas la urgencia de que las autoridades, especialmente, emprendan medidas en favor del desarrollo de un aparato de infraestructura médica intensiva, que demandará inversión, previsión y proyección enormes. De igual forma, deberían éstas mismas autoridades y el gobierno en general insistir en el desarrollo de campañas sanitarias preventivas y de carácter permanente para educar a la población en la adopción de hábitos sanos en materia alimentaria, activación física y vigilancia médica periódica preventiva. También es claro que deberían lanzarse campañas de gran impacto social para aminorar todos los perfiles de adicciones, entre ellas el tabaquismo, el alcoholismo y, por supuesto, el consumo de drogas, que conllevan enfermedades, un agravante y causa de muerte durante la pandemia. Esto sería una buena forma de anticiparnos a una próxima y no descartable en absoluto, nueva pandemia. Después de todo, los dos años de pérdidas en todos los ámbitos que representó la pandemia, debería abrir el inicio de un nuevo periodo marcado por el cuidado, el respeto y la preservación de la salud de los mexicanos. Esperemos, pero sobre todo hagamos lo mejor en esta dirección. No es mucho pedirnos a cada uno de nosotros. ¿O sí?
@RoCienfuegos1
