ROCÍO FIALLEGA (SemMéxico, Ciudad de México). Distancias por tiempos: 1 – 2 – 3. Tienen que tocar el hombro de su compañero de enfrente. Tarantan tan tan tan tan tan tarararan… Soy la tercera de la fila, la que toma café con leche de Liconsa para que todos tomemos un poco de leche y con el café se complemente.
A primera, me toca Matemáticas, el maestro dice que de todo el grupo solamente uno de nosotros se va a titular. Soy la que cierra los ojos y piensa: seré yo, mostrando mi título a mi padre que tiene tres trabajos y lo alcanzo a ver o muy temprano o muy tarde.
A segunda, Civismo, quizá le cambien el nombre después, el maestro le dice a una de mis compañeras que si sigue mascando chicle es como si hubiera estado con muchos hombres. Soy la que pregunta si ésa es la educación cívica que merecemos, pero me quedo callada; contesté e iluminé todas las páginas que dejó de tarea, pero ni preguntó si alguien la había hecho.
A tercera, Español, mi maestra es gentil, no dijo que yo era la única del salón que había aprobado. Soy la que quisiera que mis compañeros se sacaran más de calificación para no sentirme mal.
A cuarta, Biología, llevo la cartulina con el dibujo que me hizo un niño al que le gusto, me enojé mucho con él, porque me había tocado la ficha taxonómica del zopilote y estaba horrible, pero luego me fijé en la monografía y lo hizo igualito. Soy la que aprendió que los zopilotes son horribles y que las personas son mejores cuando aman.
Hoy me toca taller, yo quería Cocina, pero no nos alcanza, Taquimecanografía ya estaba lleno, Corte y confección no me gusta, así es que voy a Bordados y tejidos, me inspira mucho aprender puntadas distintas para tejer, ya hice un suéter y ahora estoy con una bufanda. Soy la que prefiere el estambre del Gato, porque siempre es bueno y sí nos alcanza.
Cinco pasos antes de llegar a la casa, huelo la sopa de fideos y también el picor del chile morita en el pollo encacahuatado que hizo mi mamá; a mí me gustan más los riñones al jerez con arroz blanco, pero está bien. Soy la que la mira a los ojos para saber si podrá seguirme amando y me voy por las tortillas.
Después de comer me encierro en la recámara de mis padres para hacer la tarea usando la máquina Singer como escritorio, escucho música y de repente voy por un libro al pasillo para consultar las cosas que no sé. Soy mi soledad acompañada de libros y miradas hacia la ventana.
Si necesito algo de la papelería le llamo a mi mejor amiga, exploramos nuevas rutas para llegar al mismo lugar y de repente nos sonrojamos si pasa un muchacho guapo, dos horas para traer una cartulina… Soy la que se aventura y construye lazos fuera del entorno familiar.
Ya es hora de cenar, pero yo ceno dos veces, para esperar a mi papá y poder ver los programas de adultos que me hacen sentir que soy madura, aunque no los entienda. Soy una niña-mujer-anciana que recuerda trazos de sus vidas pasadas, y que todo lo hace por amor.
Duermo pendiente de los murmullos, de las luces prendidas, hasta que se apagan; las sombras de los árboles en la cortina me hacen pensar en fantasmas, abrazo a mis peluches para que no se asusten. Soy una protectora, pendiente de los demás para que no se rompa esta pequeña burbuja de armonía antes de que llegue de nuevo la enfermedad.
Amanece y me baño rápido, para que no se acabe el agua caliente, desayuno, ya con mi uniforme y mi mochila estoy lista para todo. Soy la que se ilusiona con cada día, y años después aprenderé que los secretos no son buenos.
Tarantan tan tan tan tan tan tarararan… Soy la marcha de Zacatecas.