MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN. Sin decir ¡agua va!, la Cancillería oficializó una mentira más de Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I. ¿Y?
¿Recuerda usted que el licenciado presidente criticó a la práctica de gobiernos anteriores por utilizar al Servicio Exterior Mexicano para premiar o castigar a políticos y aseguró que esa práctica se desecharía en su gobierno por respeto a los diplomáticos de carrera? Pero…
Nada, no pasa nada.
A la mitad del reinado de la denominada 4T se ha vuelto práctica impune la decisión cualquiera del licenciado presidente respecto de incumplir en asuntos incumbencia o no de la administración pública federal. La mentira oficializada.
Y es que la palabra del Duce es palabra divina, es ley. ¡Ay!, de aquel que se oponga, la critique o descalifique porque será condenado al purgatorio y la arena pública de las redes sociales que, coordinadas desde Palacio Nacional, lo harán pedazos con feroces y rabiosos ataques de mercenarios que ocupan las mañaneras para el servicio de su majestad.
Pero, vaya, la vida es así y tienes que comprenderla.
¿Por qué la decisión de anunciar importantes nombramientos en el servicio exterior mediante comunicado de prensa? ¿Por qué no apareció el canciller Marcelo Ebrard en conferencia de prensa, tal cual es el procedimiento en estos casos con alto contenido político?
¿Será que el affaire Nicaragua tuvo un efecto personalísimo?
Bueno, al inicio de semana se registra un nuevo capítulo en esta historia del gobierno encabezado por Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I, historia salpicada de mentiras y venganzas personales.
¿Pos no que no son iguales porque no se parecen en nada a los de endenantes? Eso presume recurrentemente el licenciado presidente, pero…
Quizá usted recordará que el sábado 11 de septiembre del año pasado, cuando andaba de gira por los estados de Sinaloa y Nayarit, El Duce Andrés Manuel López Obrador se sentía, sin duda, a todas margaritas y en premio político, o sepa usted la razón, anunció su personalísima decisión de nombrar al entonces aún gobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel, embajador de México en España y, al nayarita en vías de entregar el poder, Antonio Echavarría García, a integrarse al gobierno federal.
¡Suculenta invitación!, para un priista y un panista que ya se comportaban como destacados morenistas.
Y, ¡vaya casualidad!, ese mismo sábado 11 de septiembre la Secretaría de Relaciones Exteriores divulgó un comunicado que a la letra citó:
“La Secretaría de Relaciones Exteriores informa que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, propone a Quirino Ordaz Coppel como embajador de México en el Reino de España.
“La propuesta será presentada al Gobierno de España para solicitar el beneplácito conforme a las normas diplomáticas internacionales y, posteriormente, será enviada al Senado para su análisis y dictaminación conforme a lo dispuesto por la Constitución y las leyes aplicables”.
Y, ¡caray!, en el mismo comunicado, la SRE, es decir, Andrés Manuel mediante Marcelo Ebrard le dio las gracias a la aún embajadora María Carmen Oñate Muñoz. “La Secretaría de Relaciones Exteriores agradece el trabajo y desempeño de la embajadora María Carmen Oñate Muñoz al frente de la representación mexicana en Madrid.
“La embajadora Oñate –adujo la SRE– había comunicado desde hace meses su decisión de retirarse, por lo que esta Cancillería le expresa su reconocimiento a su destacada carrera de 42 años en el servicio diplomático y le extiende sus mejores deseos para el futuro”. ¡Vaya diplomática despedida!
Hasta el momento, el gobierno de España no ha dado el plácet al nombramiento de don Quirino ni Toño Echavarría ocupa un cargo en el gabinete de la 4T.
Lo cierto es que, en el caso de don Quirino, el lunes 13 de septiembre, la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM) respondió a la decisión del licenciado Andrés Manuel y le recordó que hay “al menos una decena de embajadores y 11 ministros del SEM” que cuentan con trayectorias y preparación para ocupar ese cargo.
Sí, la ASEM reconoció que Andrés Manuel, como depositario del Poder Ejecutivo Federal, tienen las facultades para hacer esos nombramientos.
Sí, en palabras de El Duce, será legal pero es inmoral y contradice a su postura contraria al nombramiento de políticos en cargos diplomáticos.
¿Entonces, en qué estábamos?
Ahí la mentira como práctica de gobierno. Su Alteza Serenísima retornaba al escenario de la impune conferencia mañanera, este lunes 17 de septiembre, después de haber superado al Covid por segunda ocasión, cuando desde la Cancillería se divulgó el comunicado de prensa número 013 en el que anunció nombramientos, ascensos y concurso para embajadores.
“El presidente de la República –refirió– realiza dieciséis designaciones para Representaciones de México en el Exterior”.
Pero, en esa falta de respeto que citó como propaganda de campaña, sólo “seis personas con grado de ministro del Servicio Exterior Mexicano serán, además, promovidas al nivel escalafonario de embajador. Por primera vez –presumió– habrá concurso para diez nuevas plazas de embajador o cónsul general”. El Senado determinará la idoneidad de las propuestas; mero trámite.
Mire usted, no hay problema alguno, en el caso de Alicia Bárcena, quien será directora general del Instituto Matías Romero una vez que concluya su gestión al frente de la CEPAL.
Ni de Amparo Anguiano, actualmente directora general para África, Asia Central y Medio Oriente de la SRE, propuesta a la embajada de México en Rumania.
Pero, ¿qué hizo Carlos Miguel Aysa, exgobernador de Campeche, para ser designado embajador de México en la República Dominicana?
Tal vez Laura Beatriz Esquivel, escritora y exdiputada federal, tenga merecimiento para ser embajadora de México en Brasil. Un premio, sin duda.
Otro premio a Leopoldo de Gyves, dirigente político y social, como embajador de México en la República Bolivariana de Venezuela. Bueno, bueno, es cuate del licenciado presidente.
Pero, ¿Claudia Pavlovich Arellano, exgobernadora de Sonora, al consulado de México en Barcelona? ¿Protección personal o premio político?
Y el cuestionado Pedro Agustín Salmerón, sin experiencia en el servicio diplomático, doctor en Historia por la UNAM y experto en Historia de México, acusado de acoso sexual por sus alumnas en el ITAM, premiado con la embajada de México en Panamá.
Además, tres personajes que igual no tienen antecedentes en el SEM, son Alfonso Suárez del Real, actual jefe de oficina de la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de México, se irá a la Oficina de Enlace de México en Estrasburgo.
Eduardo Villegas Megías, actual coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México, a la embajada de México en la Federación de Rusia.
Y Guillermo Zamora, escritor y periodista de larga trayectoria, a la embajada de México en Nicaragua.
Es posible y solo posible que los escritores y la escritora tengan merecimientos y capacidad para desempeñarse en el servicio exterior. Sólo hay que recordar a Octavio Paz.
Pero, ¿Quirino, Pavlovich y Aysa o De Gyves representantes de México en el exterior? Son decisiones políticas. El licenciado presidente tiene la facultad de designar a quien le venga en gana como cónsules o embajadores.
Pero, que no ande de fanfarrón y demagogo y presuma que no se parece en nada, y toca madera, a ninguno de sus antecesores. No es pero es falaz.
Y luego ahí tiene usted la venganza personal contra Lorenzo Córdova Vianello, que implica descalificar con vías de desaparecer al Instituto Nacional Electoral.
Sabe que una reforma constitucional, necesaria para concretar la enésima reforma política-electoral, no pasará en el Congreso de la Unión porque el corporativo Morena y socios carece de mayoría calificada pero, como suele decir, la calumnia cuando no tizna, mancha.
No, no es asunto de dineros, es personal. Y la terca insistencia de celebrar una consulta popular para la revocación de mandato, es eso, una terca y personal decisión de Su Alteza Serenísima. Millonario capricho.
¿Lo duda usted? Lea lo que respondió el licenciado presidente en la mañanera de inicio de semana, cuando le refirieron el ordenamiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que Hacienda aporte recursos faltantes
“Es que no se puede destinar dinero del presupuesto, según Hacienda, que ya está autorizado con otros propósitos, otros fines. Entonces, ellos tienen que cumplir con la Constitución y hacer la elección, hacer la consulta”, dijo Andrés Manuel.
—¿Aunque sea con menos casillas?—le plantearon.
—Las tiene que hacer como lo establece la Constitución, con todas las casillas—insistió.
—¿Las 160 mil? ¿No aceptaría usted un tercio?
—No, si no es asunto conmigo, no es conmigo, es con la ley, o sea, no es un asunto… Es con la ley—pretextó Su Alteza Serenísima. ¿No es personal?, bueno, pues lo parece… y mucho.
Por cierto, anda suelta la jauría contra el senador Ricardo Monreal. ¿”No, si no es asunto conmigo”? Conste.
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