ANGÉLICA DE LA PEÑA*
SemMéxico, Ciudad de México. Muchas personas han olvidado lo que es vivir en un régimen de partido único y hegemónico que controlaba todo; los resultados electorales, por supuesto. Desde la casilla se les decía a los votantes que votaran por la bandera; el jefe de familia llegaba con todas las cartillas de votación de su familia para votar por la bandera; la movilización de carruseles de votantes en varias casillas o el relleno de urnas era lo común.
El Presidente decidía todo, porque controlaba todo. En 2018 este gobierno marcó una regresión y, por desgracia, los votantes vuelven a empoderarlo, pero no les dieron 75% de votos, sino el 54%.
Qué paradoja, Claudia Sheinbaum será Presidenta después de 106 años de la vigencia de la Constitución Política y a 70 años de que se reconoce a las mujeres, el derecho al voto y a ser votadas. Pero lo será por el partido cuyo líder principal, convertirá a su partido en un ente hegemónico que de un manotazo, en el último mes de su gobierno, derrumbará todos los cambios de transparencia y legalidad, incluidos un Poder Judicial independiente.
Hoy, las cámaras del Congreso de la Unión dominadas por el lopezobradorismo le facilitarán a López Obrador utilice su último mes de gobierno para voltear patas para arriba al país, al peso y a la economía. La primera Presidenta recibirá un desbarajuste, una economía quebrada, y vecinos que amenazan con dejar de ser socios nuestros.
Aunque se tuvo una votación de cuyos orígenes no me voy a detener, esa votación calificada que detentan hoy fue lograda con la ayuda de las instituciones creadas en este proceso de libertades: el Instituto Nacional Electoral, y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Qué paradoja.
Cuando en 1996 se constituye el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; toda la materia política electoral está bajo su lupa. Lamentable la cúspide de este Tribunal; cinco personas de las cuales solo una, la magistrada Janine Otálora, alertó no se haya interpretado la Constitución como era su deber, para evitar los desequilibrios institucionales. Morena y socios con votación calificada ilegítima desaparecerán al Poder Judicial, su propio poder.
Cada reforma lograda no se dio en un proceso terso, las resistencias del partido hegemónico a perder su poder absoluto fue lo constante. También la compra de legisladores y legisladoras de la oposición ha estado presente. La historia del parlamentarismo evidencia negociaciones graduales para ir avanzando en la reconstrucción de un país sumido en la desigualdad social y el caciquismo. En lograr leyes que incidan en una mejor democracia y protección de derechos.
En la Sala Superior del TEPJF lo saben. Han escrito textos que forman a estudiantes de Derecho, esas y esos estudiantes que hoy se movilizan para decirles que son responsables de que dos Poderes de la Unión, desaparezcan al tercero y apoyan el paro de trabajadoras y trabajadores del Poder Judicial,
De un plumazo desaparecerán el siglo XXI, olvidando la tragedia nacional de tener presidentes que apalearon médicos, ferrocarrileros, estudiantes, opositores, y provocaron una guerra sucia cuyos desaparecidos siguen así. Toda la transición tirada al vacío y no se visualiza el fondo.