PULSO/ Secretos y mentiras

EDUARDO MERAZ. El “ya se sabía” y “les faltó”, como expresiones evasivas para contener las revelaciones del “guacamayazo”, que amenaza convertirse en un torrente que ahogue las aspiraciones cuatroteístas de larga duración en el poder, resultan insuficientes para impedir el conocimiento de la población de tener un gobierno de mentiritas y de mentiras.

Los secretos sobre el manejo discrecional, poco escrupuloso y lleno de privilegios, muchos equiparables a actos de corrupción que están saliendo a la luz, gracias al hackeo  de archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, dejan constancia de la ambición e inmoralidad del oficialismo.

Las miles de historias de terror aún por conocer dejarán evidencia irrefutable de cómo el cuatroteísmo se ha despachado con la cuchara grande en eso de darse la vida de millonarios, cuando predican la pobreza franciscana para los demás; o que son capaces de la peores felonías para chantajear, intimidar o excluir a todos aquellos que piensan diferente o que se resisten a hacer “negocitos” -negociotes en realidad.

Los documentos hasta ahora conocidos muestran la superficie de los tejes y manejes del gobierno actual y esbozan las alianzas  del tridente autoridades-milicia- delincuencia organizada, que hablan de la creación de una nueva “casta divina” en todos los niveles, cuyas acciones están lejos de representar beneficios para la población.

Triada cuyas cartas credenciales, por lo demostrado hasta el momento, hacen temer por la prevalencia de la democracia y de los derechos humanos, pues cada vez es más notoria su inclinación hacia el autoritarismo y un absoluto desprecio por las leyes.

Como nunca antes, estamos ante la posibilidad de descubrir la verdadera personalidad de bandoleros de quienes ejercen el poder, aunque nieguen los hechos que desnudan como el agandalle es el recurso del método recurrente para apropiarse de los dineros públicos.

Entre las primeras revelaciones se encuentra el uso del hospital militar, que se supone de uso exclusivo para los integrantes de las fuerzas armadas, por parte del círculo cercano al presidente totalmente Palacio Nacional como si fuese un nosocomio privado, porque el sistema hospitalario público no les da confianza.

Y qué decir de la disposición del presupuesto público para que el ejército y la marina estén en posibilidades de fundar una empresa aérea, que complemente el holding turístico, sin que les haya costado un solo centavo. No fue suficiente otorgarles ganancias en la construcción de aeropuertos y parte del Tren Maya, sino también la administración y operación de los mismos.

Y mientras se vuelven empresas rentables, los impuestos que pagamos los mexicanos servirán para subsidiar sus pérdidas. Tan sólo en el aeropuerto de Santa Lucía, se le estarán otorgando subsidios a la operación por más de mil 200 millones de pesos en este y el próximo año; subsidios que nunca devolverán, pues cuando haya ganancias, se destinarán -se supone- a pagar las pensiones de soldados y marinos.

Al irse dando a conocer los secretos sobre cómo opera el cuatroteísmo, es factible que los mexicanos dejemos de vivir de las mentiras oficiales.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Según “la chica de rojo”, Claudia Sheinbaum, el gobierno de la Ciudad de México ha logrado ahorros por 80 mil millones de pesos, a cambio de -entre otros muchos males- tener un sistema de transporte colectivo (Metro), en condiciones deplorables, que cuando no se está quemando, está inundado.

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@Edumermo

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