La Caja de Pandora/ Poza, el ganador del sainete entre Woodside y Alvarado

Elvira Gomezturja

Ciudad de México, 05 de febrero (entresemana.mx). Esta semana sentí que crecía mi parecido con mi abuelita, por aquello de que todo tiempo pasado, fue mejor. Mi “grande” Carmen, fue una mujer adelantada a su época, en todo. Mi reflexión viene a cuenta porque no me agrada el rumbo que ha tomado el mundo del espectáculo actual.

Ya no se ensalza el talento de los actores; de hecho existen pocos, al menos en México. Cómo olvidar el esplendor de toda una época: sus trayectorias, su talento, sus glamorosos atuendos, la galanura de los hombres, la belleza de las mujeres, sus majestuosas casas, los romances de película y hasta sus pecados. Los grandes estrenos en cabaret, cine y teatro. Además, la presencia del covid, nos despojó de los últimos destellos que nos quedaban.

Hoy la nota, paupérrima por cierto de la semana, ha sido la trifulca entre Maxine Woodside y Ana María Alvarado. La verdad de pena ajena.

Anita apareció al inicio de la semana, el 31 de enero, desconsolada en su canal lloriqueando que era el peor día de su vida porque Maxine –su jefa- la corrió. Compungida y sollozando explicó detalle a detalle lo sucedido en los minutos que grabó para su canal de youtube.

Más tarde Woodside informó que ni enterada estaba y que nunca la despidió. Aclaró, le propuso que fuera un día más, es decir dos días a la semana; lo que Alvarado rechazó y advirtió pediría su liquidación. Según la señora Woodside se abrazaron y se despidieron.

En la noche, la señora Alvarado se enlazó con los conductores del programa Chisme no like, en el que el argentino Javier Ceriani, aseguró era el ocaso de Max y el esplendor de Ana María; le endulzan el oído para que trabaje con ellos.

Al día siguiente, la situación laboral de Ana María, abrió el bloque de espectáculos del matutino en el que trabaja. Por Dios, como si nadie nunca, hubiese tenido problemas con sus jefes.

Por su parte, La reina de la radio, se explayó en su programa Todo para la mujer afirmando que no la corrió y que Anita hacía todo esto porque está monetizando: “Quiero mucho a Anita, es una linda niña (¿de más de 50?). Estoy dispuesta a platicar con ella pero que lo graben porque luego dice mentiras”. ¡Tómala!

El show llegó a tal punto, que la grafóloga María Fernanda Centeno analizó sus gestos faciales y el lenguaje corporal de una y de otra. ¡¿De verdad?! Y eso que ninguna de ellas actúa, baila, ni canta. Me pueden decir por favor: ¿dónde perdimos el camino?

Acaso, no hay suficientes noticias de espectáculos o reporteros que las busquen.

Me parece absurdo llegar a esos extremos. Si existen problemas laborales que los diriman en la Junta de Conciliación y Arbitraje. Sin embargo, yo que soy tan mal pensada, estoy segura que hay un trasfondo: Ana María Alvarado obtiene dinero constante y sonante, más donaciones, de todo esto en sus redes sociales, como bien comentó Maxine, así que está sacando buena raja de este bochornoso asunto. Creo también que hay otra posibilidad, corrió el rumor de que Todo para la mujer tiene poco rating, nada extraño tomando en cuenta la cantidad de programas de este tipo, que existen hoy en día.

¿Quién gana además de Ana María? Yo diría que Javier Poza, que con sus 50 años se coloca a paso seguro en el candelero con un programa de  periodismo de espectáculos serio, donde se aborda de vez en vez el chisme, pero su prioridad es la información como debe de ser. Así que ante la amenaza de que el reinado de Woodside perezca, decidieron hacer cambios en el formato, el equipo y contenido, para reposicionarlo.

Podría pensar que tal vez, exista un acuerdo entre ambas para que todos volteáramos a verlas, revalorar la emisión, subir el rating, convertirse en tendencia en redes y ser felices de nuevo. No es descabellado. En la guerra todo se vale. A pesar de que Ana María declaró que ella no se prestaría a eso, ¿será? He visto a tantos venderse por tan poco.

La nota no es que Maxine o Ana María hicieron una entrevista que causó revuelo, resulta que hasta Jaime Azcárraga presidente de Grupo Fórmula ante el alud de comentarios, dimes y diretes, se deslindó del tema. Aseguró que Alvarado mantiene su plaza como reportera de Fórmula y descartó que exista un proceso de despido en su empresa. El conflicto es real al interior de la emisión y no tiene relación con los altos mandos de la estación. Se lavó las manos. ¡Bien hecho! solo faltaba que el dueño de la empresa tomara partido en esta parodia.

El caso es que este asunto es un sainete. Los problemas de trabajo se resuelven a puerta cerrada entre los involucrados y no se quejan y cuentan sus penas en las redes ni en los espacios donde laboran. Deplorable. Si yo contara mis cuitas con todos mis exjefes, la lista sería larga, y sería de bostezo como lo es este chismarajo.

Pobre mundo del espectáculo tan desangelado, se ha quedado sin estrellas. Para colmo hay que testificar a lo que ha llegado para sobrevivir.
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