Ingresos rezagados por la inflación en el centro del país refiere Liliana Silva

 

>> Emplean créditos para comprar la canasta básica en Ciudad de México, Estado de México, y Querétaro, puntualiza la experta en finanzas de la Fintech Cash Cash Préstamos

>> Crece la “eterna cadena” o préstamos para saldar deudas

>> 40.7% de la población en pobreza laboral

>> Aumentan brechas de desigualdad entre hombres y mujeres

Ciudad de México, 27 de junio (entresemana.mx). “Vivir al día en México es una utopía. Se trabaja para pagar canasta básica e insumos primordiales como agua y luz desde quince días antes en el mejor de los casos. A veces es para saldar la eterna cadena como se le llama a adquirir una nueva deuda para pagar préstamos de créditos anteriores”, dice Liliana Silva, experta en finanzas personales de la Fintech Cash Cash Préstamos.

Según Silva, 40.7% de la población se encuentra en pobreza laboral:  38.8% de los hombres y 42.5% de las mujeres, pero la situación se agrava en la población que trabaja en la economía informal y autoempleo, así como en la Ciudad de México, Estado de México y Querétaro, donde se registran precios más altos de la canasta básica.

“Los empleados informales no tienen a certeza de un pago seguro en determinado plazo y son más vulnerables a la recesión económica y bajas en la demanda de sus productos y servicios, mientras la zona centro del país es la que tiene precios más altos en los 25 artículos que integran la canasta básica”, comenta Silva.

Hasta el segundo trimestre de 2021, una tercera de los préstamos solicitados se empleaba para capital de trabajo en mipymes. Se auguraba un repunte económico. Hoy se detecta que el 40% de los créditos son para adquirir comestibles de la canasta básica y un preocupante 60% para saldar adeudos anteriores, menciona la vocera de Cash Cash Préstamos.

Para gran parte de la población el crédito se convierte en una herramienta de subsistencia. Es un préstamo para comer, no por emergencia como se asumió inicialmente en la pandemia de Covid-19 sino para enfrentar la carrera alcista en precios de alimentos y combustibles.

“Los 24 productos monitoreados por la Profeco y que integran a canasta básica, tuvieron un incremento de hasta 32%, por lo que es previsible el aumento de solicitudes de créditos a las APP donde  60% de los usuarios es del sexo femenino y de edades comprendidas de 28 a 45 años”, aseguró Silva.

Entre los productos cuyos precios más aumentaron este año destacan frutas, verduras, carnes de res, pollo y cerdo, así como gasolinas o gas LP. Este último lo usan siete de cada 10 familias en el país.

“Actualmente el crédito se emplea para financiar el consumo, dado que sus ingresos reales se rezagan frente a la inflación y adquirir la canasta básica significa pagar más y recurrir más al crédito en tarjetas bancarias o APP”, puntualizó Silva.

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