EN LA OPINIÓN DE…/ Alí Babá y los 40 transformadores

RICARDO SANHER. Esta tragicomedia sexenal intitulada “AMLO y su Cuarta Transformación” parece más identificada con el título del libro “Alí Babá y los 40 Transformadores”, o algo así, ya que hasta el día de hoy casi se alcanza esta cifra de tanta corrupción existente en el actual gobierno, aunque su titular no lo quiera reconocer y por esto mismo quede exhibido ya sea por su tozudez o por su indolencia, que le sale más natural negar repetidamente que aplicar el marco de la ley.

Conforme va pasando el sexenio se van descubriendo nuevas caras en este tapete de corrupción llamado 4T. En esta semana les tocó el turno a la “famosa” vocera de la sección “Quién es quién en las mentiras”, Ana Elizabeth García Vilchis, que le sacaran sus trapitos al sol y se dio a conocer parte de la “trayectoria” de su familia. Se difundió que a una tía de la “aprendiz de comentarista”, Kaynnazuu Vilchis Belmonte, durante el mandato del tan atacado ex Presidente Enrique Peña Nieto, se le otorgaron 20 contratos con un importe total de 41.2 millones de pesos y a su ex pareja, Christian Iván Torres Brandi, 35 contratos con un importe total de 32.3 mdp, algunos de esos contratos en la administración del actual Presidente López Obrador. Esta información proviene de la plataforma QuiénEsQuién.Wiki.

También se dio a conocer que René Sánchez Galindo, esposo de la titular de la sección de los miércoles, ocupa el cargo de Consultor Jurídico A en la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal con un salario mensual de 102 mil 205 pesos, aunque haya dejado una estela oscura en su actuar en el estado que gobierna Miguel Barbosa Huerta. Como queda claro, sólo los allegados al tlatoani tabasqueño disfrutan de estos altos sueldos, aunque a la burocracia que labora en las dependencias federales se les pague una miseria.

Y quien no se quiso quedar fuera de la jugada de los “entres” fue la diputada y sobrina de López Obrador, Úrsula Patricia Salazar, quien recientemente fue nombrada coordinadora de la fracción de Morena en el Congreso de Tamaulipas, de quien difundieron unos audios en los cuales pacta con un proveedor para inflar los precios y así poder obtener una jugosa ganancia, porque según sus propias palabras no es el único proveedor con quien estableció este sistema de “moches”.

Obviamente la diputada al ser descubierta usó la estrategia que permea, eso sí, desde la cúpula del gobierno y que es: “Se trata de una guerra sucia de nuestros adversarios”. Dejara de tener parentesco con “ya saben quién” para saber que esta es la llave que cierra todas las puertas a una posible investigación.

No cabe duda que cuando el río suena es que agua lleva, y mientras más cercano al tabasqueño es el círculo de poder, el ruido es más estentóreo y se le están acabando los pretextos que puedan tapar toda la porquería que está saliendo a flote y que desenmascara la corrupción de quien dijo ser incorruptible y que impartiría la justicia contra quien fuera, así se tratara de su familia.

Sólo le recordamos al Presidente que efectivamente las escaleras, para que queden limpias, se deben barrer de arriba para abajo y que la mugre también ensucia en esa misma dirección, máxime si la limpieza se realiza sólo con palabras y no con una buena escoba que barra parejo.

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