EL TLACUILO/ Un Madrazo requiere el PRI, sí un Carlos Madrazo

ARTURO MORENO BAÑOS* (Hidalgo). Después de haberse consolidado como un partido político hegemónico, obligado, ahora el PRI -Partido Revolucionario Institucional- pasa por los peores momentos de su trayectoria; con una total incertidumbre al no pronosticarse su destino a pesar de sospecharse cual será.

Urgen reformas cuanto antes y seguro que el dirigente actual, Alejandro Moreno “Alito”, no las llevará a cabo a pesar de pedírsele que por el bien del partido su renuncia quizá pondría algo de frescura a lo que de por sí agoniza de años atrás.

Existió un personaje en la historia contemporánea que trato de reformar al partido y darle aires rejuvenecedores sin embargo las oligarquías dentro de la estructura añeja y podrida del PRI respingaron oponiéndose a estos vendavales reformistas. Los tiempos de hegemonía política, de control de los factores de poder y de permisividad con prácticas poco transparentes se han terminado. El PRI necesita atravesar un profundo proceso de reorganización interna para proyectar una nueva imagen y un nuevo mensaje de cara a la ciudadanía al menos si pretende seguir existiendo.

El personaje que trató de cambiar al PRI y fracaso en el intento fue Carlos Alberto Madrazo Becerra nacido en Villahermosa, Tabasco, en 1915. Madrazo Becerra fue un político mexicano. Desde muy joven conoció a Tomás Garrido Canabal, presidente de la Liga Central de Resistencia, quien lo invitó como orador en sus giras por el estado de Tabasco. Fue el organizador de la Confederación de Estudiantes Socialistas del Sureste y empezó a escribir en el periódico Redención. Ya en la Ciudad de México, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria. Participó como delegado en el Segundo Congreso de Estudiantes Socialistas de México, celebrado en Uruapan, Michoacán, definiendo ahí su posición ideológica de lucha contra la reacción, siendo electo presidente de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria.

Entre 1934 y 1935 fue líder de los Camisas Rojas y miembro del Comité organizador de la Federación de Estudiantes Socialistas de México, así como del Comité Técnico de Educación en Tabasco. También fue profesor de historia en escuelas secundarias y colaborador en la Universidad Obrera de México. En 1937 obtuvo el título de Licenciado en Derecho en la UNAM.

El 20 de abril de 1958 rindió protesta como candidato a la gubernatura del estado de Tabasco para el periodo 1959-1964 y el 1º de enero de 1959, tomó posesión como gobernador constitucional. Poco antes de terminar su gestión, el 6 de diciembre de 1964, asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional. En su discurso de toma de posesión planteó su intención de transformar al PRI.

Durante casi un año permaneció al frente del PRI, en el que intentó realizar reformas democratizadoras, como elecciones internas libres para que los candidatos fuesen elegidos por las bases; la autocrítica; el juego plural entre opciones y planteamientos dentro del propio partido; así como que el partido estuviese integrado por afiliaciones individuales libres y no por corporaciones. Asimismo, tomó el acuerdo de que, en todas las plantillas de candidatos a puestos municipales y diputados locales, se incluyera por lo menos la candidatura de una mujer.

Ante la imposibilidad de llevar a cabo la democratización anunciada, obstaculizado por la cúpula del partido y por algunos gobernadores y secretarios de Estado que lo acusaron de “futurismo”, sin el apoyo del propio presidente de la República Gustavo Díaz Ordaz, Madrazo presentó su renuncia el 21 noviembre de 1965.

Falleció un 04 de junio de 1969, junto con 78 personas más, entre ellas su propia esposa, cuando el avión en el que viajaba, por causas no explicadas, aunque con sospechas de haber sido un sabotaje se desvió y estrelló en lo más alto de la sierra del Frayle, en las cercanías de Monterrey. Dejaba huérfanos a sus hijos, entre ellos a Roberto que por cierto desde 1994 se volvería uno de los principales enemigos del presidente López Obrador.

Curiosamente será Carlos Madrazo el modelo político de Andrés Manuel López Obrador al menos los adjetivos que le dedica en su libro Entre la historia y la esperanza y en múltiples entrevistas son caudalosos tal como el río de la tierra que vio crecer a ambos, el Usumacinta.

Avispado, ejecutivo, eficiente, de mucho carácter, todo él era nervio y acción, apasionado, abierto y desbordante, caliente, auténtico. Al hablar de Madrazo sin duda se proyecta a sí mismo AMLO.

Junto a Tomás Garrido y Madrazo López Obrador es el sucesor natural de ambos y lo manifiesta en su libro Entre la historia y la esperanza.

AMLO continuaría lo que Madrazo no pudo, lograr reformas de base y contenido concretas que poco a poco se irían materializando no en el PRI sino en un partido de esperanza y transformación, el partido de Andrés Manuel López Obrador, MORENA.

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