JUAN CHÁVEZ
¿Quién puede contra el poder del magisterio?
¿La Presidenta? No.
¿Los líderes de las mayorías calificadas de Morena en las cámaras del Congreso? ¡Menos!
Así es la historia desde los tiempos del nacimiento de un socialismo incipiente a mediados de siglo pasado, promovido por la dirigencia sindical de SNTE.
Cae a mi memoria una asamblea de maestros en las que el líder, de nombra Wenceslao, incitaba a sus compañeros a una lucha sin cuartel contra el gobierno, entonces encabezado por el viejo Adolfo Ruiz Cortines.
El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) agrupa a los maestros, más de un millón y a los trabajadores administrativos del sector educativo.
Es el organismo sindical nacional más coherente, unido y siempre presto a defender sus legítimos intereses ante las agresiones del gobierno, de todos los gobiernos, de cualquier color e ideología. Y el que se coloca al lado del gobierno de cualquier signo, siempre que haya respeto a los derechos laborales de la poderosa agrupación.
De otra forma se lanza a la lucha social.
Eso acaba de suceder con la reforma a la Ley del ISSSTE promovida por la presidenta Sheinbaum y mandada a la “congeladora” por los diputados.
Ricardo Monreal, coordinador de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, ha informado que la reforma no pasará y se enviará a la “congeladora”, en tanto se dialoga con la dirigencia del SNTE, en busca de acuerdos.
Al SNTE no le interesa el diálogo. Ya consiguió lo que quería: no tocar el ingreso salarial de sus miembros y menos que la pensión sea cuantificada con UMAs y no con salarios mínimos, como lo especifica el contrato colectivo.
Bastaron dos días de manifestaciones y un plantón en el Palacio Legislativo de San Lázaro para impedir la entrada de diputados, para que el SNTE ganará la batalla.
Claro, el paso lo dio Monreal, seguramente por instrucciones de la Presidenta, porque había amenazas de paro nacional por parte del magisterio, lo que hubiera ocasionado un grave daño a los más de 25 millones de escolares.
La amenaza fue de un paro nacional indefinido y en tal postura, Sheinbaum, que carga con severos problemas, prefirió la paz con los agremiados del SNTE.
¿Un descontón a la Presidenta? Claro, no debe actuar a tontas y locas…
Ahora se abrió el compás para que otros sindicatos defiendan a capa y espada los intereses laborales de sus agremiados…