Centenario de su elección

DULCE MARÍA SAURI RIANCHO*

SemMéxico, Mérida, Yucatán. El domingo 18 de noviembre de 1923, hace 100 años, fueron electas las primeras diputadas del Congreso de Yucatán y de todo México.

Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Beatriz Peniche Barrera fueron postuladas en 3 de los 18 distritos en los que estaba dividida entonces la geografía electoral. Las tres, con suplentes hombres.

A rajatabla se había impuesto el compromiso del gobernador Felipe Carrillo Puerto con las mujeres yucatecas del Partido Socialista del Sureste (PSS), encabezadas por su hermana Elvia. La fuerza política de Felipe no dio para lograr que sus correligionarios del PSS aprobaran las reformas a las leyes para establecer este derecho fundamental: votar y ser electas.

Entonces decidió imponer las candidaturas, bajo el principio de que, si no estaba prohibido expresamente por la Constitución de la república, entonces estaba permitido.

Esa legislatura habría de tomar posesión el 1o. de enero siguiente por dos años. Sucedió el golpe militar que quitó a Carrillo Puerto del gobierno, lo obligó a trasladarse a la costa oriental de la Península, en su afán de llegar a Cuba y Nueva Orleans para comprar armas. Fue detenido, en Chiquilá, junto con tres de sus hermanos, el presidente municipal de Mérida, Manuel Berzunza, y otros 8 acompañantes.

Trasladados a Mérida, fueron fusilados después de un juicio militar sumario, el 3 de enero de 1924, en el propio Cementerio General, justo donde descansan sus restos.

Con la ruptura del orden constitucional fue imposible que tomaran posesión los 18 diputados electos. Pasaron más de cuatro meses, hasta que en abril se restableció el gobierno socialista. Entonces se iniciaron las disputas internas por la silla que ocupó Felipe hasta su asesinato. En el centro estuvo la legalidad de la elección de una legislatura en la que había, a juicio de socialistas y de sus adversarios, la grave “anomalía” de candidatas mujeres.

La necesidad de José María Iturralde de legitimar la elección, para asumir el puesto vacante como gobernador interino, salvó a las tres diputadas de nunca jamás tomar posesión de su cargo. Junto con sus 15 compañeros, rindieron protesta el 13 de mayo, y de inmediato procedieron a nombrar al gobernador.

Transcurrida la emergencia, las mujeres, especialmente Elvia Carrillo Puerto, se volvieron estorbo al cual había que eliminar, bien fuera mediante la violencia y las amenazas, o por la indiferencia y el ninguneo.

Las tres resistieron. Elvia huyó a la Ciudad de México y a San Luis Potosí, nunca regresó a vivir a Yucatán. Raquel continuó su labor magisterial y murió en la pobreza. Beatriz, además de escritora, fue una exitosa periodista del Diario del Sureste, en el que colaboró hasta su muerte.

Este breve relato nos muestra con claridad las enormes dificultades a que se enfrentaron las mujeres que se atrevieron a incursionar en el mundo de lo público y de la representación política.

Ojalá pudiera escribirse esta historia en pasado. No es así porque los obstáculos están presentes y subsisten, aunque algunos han logrado ser removidos. No es asunto menor el hecho que las dos principales fuerzas políticas se apresten a postular mujeres a la presidencia de la república.

Tampoco es poca cosa que con las cinco candidatas a los gobiernos estatales en 2024 se podrá alcanzar la paridad en las gubernaturas: 16-16.

Escogí dos hechos para ilustrar el largo tramo que nos falta recorrer para alcanzar la igualdad sustantiva, de resultados, en la representación política y en la participación de las mujeres en la esfera de lo público.

El primero lo ilustro con las encuestas de Morena para la elección de sus candidato/as a las gubernaturas en 8 estados y la Ciudad de México.

Llama la atención que sólo en Veracruz (Rocío Nahle) y Morelos (Margarita González) las mujeres superaron a los hombres; lo hicieron a duras penas, “perech” en el español yucateco, pues apenas lo hicieron a sus rivales hombres por 0.8 y 0.7%, respectivamente.

En Jalisco, Guanajuato y la Ciudad de México, las mujeres postuladas tuvieron menor preferencia, pero por la regla de paridad, fueron seleccionadas.

Mucho se ha escrito sobre el “descarrilamiento” de la candidatura de Omar García Harfuch, que parecía ir “en caballo de Claudia”. Baste decir que el exitoso ex secretario de Seguridad de la Ciudad de México ganó en toda la línea a Clara Brugada (40.5 a 26.7%).

En Tabasco y Yucatán los hombres se impusieron por amplia diferencia: 36.7 puntos en la primera, a pesar de que se trataba de la presidenta municipal de Villahermosa, y 31.2 puntos en Yucatán, a la expriista, exverde senadora, que ahora repetirá como candidata al Senado.

En síntesis, si no se hubiera establecido la paridad en la Constitución, difícilmente veríamos más de dos mujeres candidatas por Morena. Y del Frente todavía no puedo hablar, porque siguen sin dar color, a pesar del inicio de las precampañas federales. Ya le quedan muy pocos pétalos a las margaritas frentistas.

El otro ejemplo de la fragilidad de los avances en los derechos de las mujeres lo tenemos en las recientes declaraciones del poderoso presidente de China, Xi Jinping, que ante la Federación de Mujeres del Partido Comunista Chino, se pronunció por “una nueva tendencia familiar”, que privilegie el papel reproductor de las mujeres, esto es, que se queden en casa para elevar la tasa de natalidad del país, que a pesar de la formidable cifra de 1,400 millones de habitantes, tiende a envejecer rápidamente.

La carga de revertir esta tendencia tal parece la llevarán las mujeres chinas. Por cierto, de 26 integrantes del gabinete presidencial, hay CERO mujeres. Signo que el futuro próximo de China no pinta feminista.

Cultura, costumbres y tradiciones son el reto para transformar para ejercer plenamente los derechos que nos corresponden como personas, como seres humanos. No más, no menos.

En este centenario de la “primera vez” reforcemos el propósito que alentó a las tres mujeres yucatecas a nunca darse por vencidas.

*[email protected] Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán

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