BOTELLA AL MAR/ Caballo de Troya

MARTHA CANSECO GONZÁLEZ (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Hace muchos años, cuando militaba en el grupo Lambda de liberación homosexual en la Ciudad de México, teníamos los jueves de mujeres, ahí nos cuestionábamos todo. ¿Sí, soy mujer y prefiero relacionarme con mujeres, eso quiere decir que soy hombre o medio hombre? La respuesta nos llegó por sí sola, ¡No, no somos hombres, sólo somos mujeres que amamos a otras mujeres!

En muchas ocasiones en eso de la organización y del activismo, cuando por prisa te encontrabas con un hombre gay a la mitad del camino y te espetaba ¡déjame pasar! Y tú como mujer lesbiana preguntabas ¿por qué? y la respuesta que recibías era ¡porque yo soy más mujer que tú! Hace 40 años, nos dejaban calladas, ahora no.

¡Nadie puede ser más mujer que yo! Porque soy como cualquier otra, la única diferencia es que me relaciono física y románticamente con otra mujer.

Ahora he escuchado mujeres lesbianas que aseguran que algunas mujeres trans merecen ser más mujeres que yo. ¡Eso jamás ocurrirá conmigo! Me queda muy claro. Tuve un útero que jamás albergó una nueva vida, fue mi decisión y no me arrepiento. Tengo una vagina que me proporciona el mayor placer que pueda imaginar, tengo un nervio pélvico que me da orgasmos espontáneos y que con cada uno de ellos le da sentido y creatividad a mí vida, además una vulva que le acompaña en todo momento, tengo gónadas y hormonas que me acompañarán toda mi vida.

En suma, en este mundo patriarcal, aprendí a ser feliz y plena en el pequeño espacio en el que me ha permitido existir, ¡pero que para mí es amplio, muy amplio! porque lo he aprovechado muy bien.

¡Nuestra mejor venganza es ser felices!

Toda esta reflexión viene por el Foro organizado por la UNAM, donde estuvieron exponiendo nuestras maestras y ancestras feministas Marcela Lagarde, Amelia Valcárcel, Alda Facio y Andrea Medina.

Fue como una bocanada de aire fresco, como una validación a mi trabajo de muchos años en favor de las mujeres, ¡Así es, soy una orgullosa mujer lesbiana feminista, que ha luchado durante muchos años en favor de los derechos y la dignidad de las mujeres de Hidalgo!

Fue tan claro para mí hace casi dos años cuando participé en el Concejo Municipal de Pachuca, un gobierno feminista que duró tan sólo tres meses y en los cuáles hicimos nuestro mejor esfuerzo. Al frente del Instituto Municipal de las Mujeres, que luego devendría en la primera Secretaría de las Mujeres en la entidad, mi objetivo fue el avance de las mujeres de esta ciudad y sobre todo prevenir, atender y sancionar las diferentes violencias a las que estamos expuestas por el mero hecho de ser mujeres.

Estaba yo impulsando capacitaciones no convencionales como el comercio, electricidad, plomería, mecánica, etc. Una persona se comunicó diciendo que era un hombre pero que se sentía mujer y que quería participar en una de las capacitaciones. En ese entonces existía la recién creada dirección de la diversidad, ahora desparecida, me quedó muy claro que no era yo quién habría de atenderle sino mi compañera Gloria Davenport quien encabezaba esa nueva oficina, le canalicé hacia allá. Nunca dije que no, pero me quedaba claro que mí prioridad eran las mujeres.

En el foro de la UNAM jamás escuché una descalificación a lo trans, ningún vituperio, ninguna ofensa ni maltrato, sólo quedó muy claro que el sujeto político del feminismo, hemos sido, somos y seguiremos siendo las mujeres. Las personas de la diversidad habrán de hacer su propia lucha, les arropamos en un inicio, pero ya no más.

Nos han traicionado y volteado el chirrión por el palito y han aprovechado nuestra mejor característica que es la empatía como caballo de Troya. Detrás hay puros intereses patriarcales. Las farmaceúticas, médicas y médicos llenando sus bolsillos haciendo operaciones de cambio de sexo y un largo etcétera. Lo peor que nos pudo ocurrir fue la hermandad entre el machismo y el neoliberalismo.

¿Yo pregunto quién en su sano juicio querría estar en la parte más baja de la pirámide del poder donde estamos las mujeres?, ahí por cierto no están las trans, no es lo mismo la autoestima desde el poder, que la autoestima desde la sumisión, no es lo mismo ser una mujer trans que un hombre trans.

Me extraña de tantas feministas y asociaciones que denostaron el foro, que cada quién asuma su responsabilidad, bienvenida sea la diversidad incluso en el feminismo, no nos impongan su visión con pataletas patriarcales.

Sigamos nuestros diferentes caminos en paz, sin ofender, sin violentar y sin denostar, no hay uno mejor que el otro, tan sólo son diferentes.

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